Estudio Arquitectónico

Estudio Arquitectónico

El monumento a la Independencia es una torre de estilo neoclásico con cuatro niveles aparentes muy bien definidos. Tres niveles de cantera y un remate metálico como cuarto nivel. Asimismo es un edificio con cuatro fachadas, que son iguales excepto en las estatuas que ostenta. Vamos a analizar detalladamente el monumento desde el punto de vista arquitectónico, por niveles, para demostrar y realzar todos los delicados detalles del trabajo en cantera, fruto de un diseño muy académico y de una fábrica irreprochable.


Primer Nivel:

Se desplanta el monumento sobre una base corrida que toma el nombre de estilóbato y tiene dos molduras toro o perfil especial parecido a la escocia. Entre estas molduras y la cornisa que cierra el nivel, corren perimetralmente dos entrecalles colocadas a quintas partes de la altura del paramento liso.

Las puertas, una en cada imafronte, tienen su jambaje labrado con adorno a base de listón con círculos como cuentas de rosario. En el dintel una lápida muda, sin inscripción. La arquitrabe que remata el vano reposa sobre unas ménsulas con volutas y adorno en forma de festón, al final otro roleo y un rosetón.

Remata este primer nivel, una imposta muy hermosa compuesta por una cornisa con modillón de planta mixtilínea semejante a la planta general del primer piso. La imposta es perimetral sin interrupción y contiene un dentellón de alto relieve. El dentellón en cada cambio de dirección tiene una especie de bellota en vez del diente respectivo


Segundo Nivel:

El segundo nivel va desde el balcón hasta los frontones cerrados y completos. Repítase en este nivel, el estilóbato que le da base, con molduras toro separadas por la escocia; arriba encontramos un zuncho perimetral que coincide en tamaño y nivel con el de las columnas.

Arriba, antes de la cornisa está un relieve a base de tres platabandas o molduras planas rematadas por una cenefa. En el remate existe una cornisa muy marcada que coincide con el vértice del triángulo de los frontones, tal parece que al cerrarse el frontón diera lugar a aquella porque además, tiene el mismo vuelo.

Esta cornisa tiene tres molduras, una con cinta de ovarios, la de abajo es un dentellón y cierra la cornisa una delicada cenefa que repite una figura a manera de hoja. Las columnas son de corte clásico, del orden jónico con sus dos volutas características. El tambor del capitel tiene dos cintas, una de ovarios y otra de grecas clásicas llamadas meandros.

Las columnas del segundo nivel están adosadas al paramento y su fuste es monolítico y estriado. Tiene en el tercio de su altura un zuncho liso que envuelve a las estrías, aunque éstas se dejan llegar hasta la peana o base que es de sección cuadrada y por tanto es un plinto. Por sus correctas proporciones decimos que estas columnas tienen gálibo. El frontón es recto y completo.

El tímpano del frontón tiene un hermoso relieve de motivo vegetal que debido a su disposición puede llamarse fronda, con dos espirales o roleos grandes. En medio de esta fronda destaca una poma enmarcada y coronada por una venera o concha, adorno que se repite mucho en todo el monumento.

El frontón está coronado por una acrótera, con una fecha, referente a la estatua que está inmediatamente arriba, en el tercer nivel.

La fecha en la acrótera está rematada por otra venera, que contiene una poma chica, como perla en su concha. Enmarcan a este elemento, dos roleos chicos al lado de la venera y dos grandes que flanquean la fecha.

Las fechas difieren según el lado y la estatua en la torre. Abajo del frontón, está la arquitrabe, que además de contener todas las molduras del nivel, tiene una lápida sin inscripción engrapada atrás por pequeños roleos y adornada en los extremos con el mismo detalle del arquitrabe de las puertas de la planta baja.

El arco del vano del balcón está un poco peraltado y las dovelas están molduradas. La imposta del arco es sencilla y sus jambas lisas. La clave del arco tiene un relieve o anáglifo con una venera y arriba un roleo. El intradós es liso, y el extradós un poco resaltado del muro.

Por último el balcón: una parte del antepecho es central y dos laterales cuadradas con relieves espirales como roleos. Por su forma original y caprichosa, el relieve puede catalogarse como grutesco ya que así se nombra a un adorno caprichoso con follaje y figuras sin representación especial. Las orillas superiores del antepecho están adornadas por dos perillas de forma romana y de exquisito gusto.

En toda la portada del segundo nivel así como en sus detalles de diseño y de elaboración existe la euritmia, es decir, la adecuada proporción y el trazo armónico que producen la belleza.


Tercer Nivel:

El tercer nivel es el más bello y el de mejor visibilidad, por eso están situadas ahí las estatuas y las carátulas del reloj. Va desde los frontones hasta el remate de cobre arriba de las carátulas. Está asentado en un estilóbato doble desde donde se desplantan las columnas sobre bases cuadradas.

Este nivel, tiene en su parte alta, dos cornisas. La superior es la misma que crea el arco que rodea las carátulas y tiene unas ménsulas que rodean todo el monumento. En su modillón tiene tres molduras, una de ovarios, el clásico dentellón y una cenefa inferior. Después un espacio liso. Abajo tiene tres platabandas y una cinta de hojas.

Las columnas del tercer nivel son del orden corintio. Los capiteles representan una cesta de ofrendas rodeadas de hojas de acanto y tienen cuatro volutas. El fuste de las columnas es estriado y tiene un zuncho que acentúa el tercio de la altura. El fuste es de tambores. Antes del capitel las columnas tienen un anillo que también acentúa el estriado. En el intercolumnio hay un arco sencillo con impostas molduradas así como las dovelas. Este arco tiene un ancón bellísimo que es el apoyo de las águilas mexicanas.

Los vanos de cristal fondean a las hermosas estatuas que le dan al monumento una belleza romana. Fueron hechas con mármol de Carrara y esculpidas por encargo por artistas italianos. La cantera de Tezoantla conserva al paso de los años tonalidad semejante al mármol de Carrara, Italia. Son cuatro esculturas que representan a la Independencia, la Libertad, La Constitución y la Reforma.

La Independencia de fecha 1810, da al oriente y es una mujer de torso desnudo, lo que es símbolo de guerra; con una espada en la mano derecha y una antorcha en la izquierda. Su cara altiva y retadora, así como su pierna izquierda avanzada le dan un bellísimo aire guerrero.

La libertad, de 1821, da al poniente y también tiene el torso sin túnica, sólo que este desnudo es más bello. En la mano derecha enarbola en alto el laurel de la victoria, mismo que la corona. En la izquierda lleva una cadena rota, portada con gracioso descuido. Tiene la pierna izquierda adelantada sutilmente y la túnica con pliegues muy bien logrados.

La Constitución, con fecha 1857, con cara al Norte, está con una expresión grave, profunda, toda vestida con un cinto a medio cuerpo y portando cuidadosamente el Libro Nacional. El índice de su mano derecha parece señalar el valor de lo que sostiene con la izquierda.

Por último, la Reforma, orientada hacia el sur y con fecha 1859. Tiene un rostro diáfano y sereno, propio de la verdad que implica la reforma, y como ésta es producto del estudio y el conocimiento, porta en la mano derecha un pergamino desenrollado y en la izquierda un libro con cierta abertura, muy bien lograda, como de libro muy leído. Toda cubierta por una túnica, con vuelo de falda, y pliegues de su hombro derecho a su lado izquierdo. El cabello de esta mujer, está un poco ondulado.

Referente a las carátulas fundamentalmente es el águila mexicana y la greca prehispánica lo que adorna la carátula. La gran greca y un lambrequín de tres piezas nos recuerdan los escudos aztecas y le dan un toque original al enmarcamiento del círculo blanco de los números romanos.

El águila devorando a la serpiente está posada sobre un exuberante ancón con poma y festón y enmarcado por dos roleos. Este conjunto bajo las carátulas nos da una idea de la capacidad artística de los cantereros quienes, encabezados por Alfonso Arteaga, fueron los autores de todo el labrado de piedra del monumento. Estas aves le dan a la carátula un aire nacional extraordinario que además no está reñido con el resto del estilo.

Si observamos la unión de la carátula con la piedra, habremos de admirar la exactitud del trabajo de piedra, para recibir a la carátula del reloj fabricado y enviado desde Inglaterra. La maquinaria del reloj fue fabricada en la misma empresa que hizo el Big Ben de Londres.

El arco que corona la carátula está rematado por una acrótera con un rostro de mujer emergiendo de las fauces de un felino; la mujer tiene el torso desnudo y todo está enmarcado por un elemento cóncavo, que por dentro es una venera o concha. Esta acrótera rebasa un poco el principio del arpón que encierra las campanas.

Por último el remate metálico del monumento, de cobre, fabricado en Monterrey que es también muy señorial. Consiste en un primer plano con un claristorio o conjunto de ventanas, necesario para dar salida al sonido de las campanas y un ático o manzarda que es el techo final de la torre, con cuatro vanos circulares llamados óculos. Sobre el techo una picota y un poste de sección pequeña que ha servido como pararrayos y como portabandera.


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